Por Freddy Ortiz Regis
Hoy, por fin, me he dado tiempo para leer por completo el
discurso de Mark Zuckerberg en Harvard, con ocasión de su graduación. El
titular dice: “El discurso de Zuckerberg en Harvard es lo más lúcido que
vas a leer este año”. ¿Será cierto eso? ¿No estaremos acaso
sobredimensionándolo? Comparto mis apreciaciones críticas acerca de lo que me
pareció su discurso, a riesgo de aparecer desubicado, discordante y hasta
soberbio (¿quién es éste para
criticar a M.Z.?).
Lo primero que ensombreció mi ánimo al comenzar a leer los
primeros párrafos de su discurso, fue constatar un desdén por la casa de
estudios que le estaba otorgando, precisamente, su grado académico: Harvard.
Esta universidad no solo cuenta con un gran prestigio académico sino también
con una gran historia. De sus aulas han salido académicos, científicos,
expresidentes de EE.UU., políticos, escritores, actores, y hombres de negocios
de talla mundial. A través de expresiones como que conocer a su esposa
–Priscilla- fue lo mejor que le puede agradecer a esta institución, o, que para
sus padres sigue siendo su mayor logro haber sido aceptado en Harvard, suenan
bastante desdeñosas y hasta vejatorias con la universidad que le acogió.
Uno de los defectos que exhiben las personas que han
desarrollado una concepción hipertrofiada de su autoestima es considerarse el
punto de partida de todo lo que existe. Algo así como que la historia se divide
en antes y después de ellos.
Esto se percibe en el discurso de M.Z., a través del uso de una expresión que
se puede leer constantemente: “Somos millennials”.
La definición más simple de los millennials es ser la generación de personas
nacidas entre los años 1980 y el 2000; otra definición, es la que los concibe
como la generación que está formada por todos aquellos jóvenes que llegaron a
su vida adulta con el cambio de siglo, es decir en el año 2000. ¿Qué decir ante
esto? ¿Se puede sostener que la época del nacimiento es una impronta para
definir a una persona o a una generación? ¿Qué caracteriza a estos millennials? Dicen que son
personas descontentas y escépticas, solidarias, altamente tecnificadas, etc.,
etc. Pero yo creo que este tipo de personas se ha encontrado en todas las
épocas, y es precisamente, por ellas que la humanidad ha podido dar enormes
saltos cualitativos a lo largo de la historia. Así, millennials han sido Espartaco, Jesucristo, Simón
Bolívar, Gandhi, Lutero, Nelson Mandela, Giordano Bruno, Juana de Arco,
Einstein, Servet, Leonardo Da Vinci, María Curie, Farnsworth, Harvey Milk, y
tantos miles de hombres y mujeres que han ofrendado sus vidas por desarrollar
sus ideas de cambio y progreso en medio de terrible oposición y hasta
persecución y martirio (no como ahora, en que muchos prejuicios se han
derrumbado y se han facilitado las cosas). Así, pues, que no es la época en que
se viene el mundo sino el espíritu que se va gestando en cada uno de nosotros
lo que nos hace ser conformes o rebeldes con la generación en la que nos tocó
nacer. La vida en este planeta no se ha manifestado en compartimientos
estancos, sino que es una continuidad, en la que una época ha condicionado y
germinado las semillas cuyos frutos habrían de cosecharse en la siguiente, en una
dialéctica continuidad de saltos y retrocesos.
Esto determina, pues, que entre otras virtudes, caracterice a un
líder de talla mundial de nuestro tiempo, el agradecimiento y el reconocimiento
a todos los prohombres y promujeres que con sus vidas sembraron las semillas
del mundo libre y altamente tecnificado que ahora nos ha tocado vivir. La
capacidad conectiva de Facebook (que es su producto bandera) no sería posible
sin el desarrollo logrado por la tecnología informática, y no veo ningún
reconocimiento de M.Z. a todos los visionarios que –antes de él- lograron el
sustrato tecnológico para que él pueda desarrollar y hacerse rico con Facebook.
Esta vocación ingrata es, pues, la constante en el discurso de M.Z., con
excepción de lo que tímida y contradictoriamente expresa en la parte final de
su presentación, cuando hace referencia a una oración -Mi Shebeirach- que
entona cada vez que afronta un reto.
Otra contradicción en que cae M.Z. en su discurso es promoverse
como un innovador y, al mismo tiempo, apelar a la vieja estrategia de los
políticos tradicionales y de ministros religiosos fanatizados que no les
importa mentir o distorsionar los hechos si con ello logran enriquecer sus
discursos y cautivar al auditorio. Digo esto, porque no me puedo imaginar a JFK
preguntando a una persona que lleva una escoba: “¿Qué hace?”. Actuar de esta
forma es una ofensa a la inteligencia del auditorio y una manera deshonesta de
tratar de convencer a la gente, amén de ser un indicio revelador de la
personalidad del disertante.
Y antes de pasar a destacar los méritos de su discurso (porque
toda crítica debe ser constructiva y no solo enfocarse en los aspectos
negativos) quiero detenerme en la forma cómo presenta su producto bandera:
Facebook. Hay una parte del discurso de M.Z. en que dice: “Facebook no fue mi
primera creación. También hice juegos, clientes de chat, herramientas
educativas y reproductores de música. No estoy solo.” Creo que esta expresión
tiene como mensaje subliminal morigerar los efectos de la película Red Social (2010) que desnudó los entretelones de
cómo se operó el surgimiento de Facebook y presentó a M.Z. “como un hombre
despiadado y un nerd apasionado de la tecnología, que fundó
Facebook con el fin de aumentar sus posibilidades de éxito con las chicas y
lograr ascenso social mediante el acceso a instituciones élite de Estados
Unidos”. (Tomado de https://goo.gl/9OOXXd) Y, ¿qué es Facebook?,
¿cuál es su contribución a un mundo mejor?, ¿cómo está impactando en las vidas
de millones de personas que diariamente se conectan a él? Habría que
cuestionarse: ¿Facebook es una herramienta para hacer más felices a las
personas? ¿Hay estudios científicos sobre qué porcentaje del uso de Facebook
está orientado al ocio, a matar el aburrimiento y la soledad, a crear
conflictos interpersonales y a hacer más hipócritas a las personas? No creo que
no los haya; y si los hay, ¿por qué no se divulgan? O ¿acaso es Facebook el
mundo de fantasía al que una parte de la humanidad está ingresando para evadir
el mundo real, mientras otra parte del mundo (la mayoría) aún vive presa en las
tinieblas de la ignorancia, el fanatismo, el oscurantismo religioso y las
dictaduras políticas? Personalmente, considero que Facebook es solo una
herramienta que es usada según el tipo y la calidad de la personalidad de quien
ingresa a ella. Como un cuchillo, que en las manos de un asesino es una
herramienta para quitar la vida; pero en las manos de un cirujano, es una
herramienta para prologar la vida. Entonces, el enfoque no está en Facebook
sino en la calidad de las personas (hablamos de millones de personas) que están
haciendo uso de esta poderosa herramienta de interconexión. Y es aquí, en este
último punto, que destaco las mejores expresiones de M.Z. en su discurso de
Harvard, las mismas que tienen una meta común: hacer de los seres humanos
personas más responsables y felices. Veamos:
- “(…)
Somos parte de algo más grande que nosotros mismos, de que somos
necesarios, de que tenemos algo mejor por delante por lo que merece la
pena esforzarse. De ahí surge la auténtica felicidad”.
- “Las
ideas no nacen ya formadas. Sólo crecen mientras trabajas en ellas.
Simplemente, hay que empezarlas. Si hubiese tenido que entender todo sobre
cómo conectar a la gente antes de empezar, jamás habría creado Facebook”.
- “Os
juro que si dedicáis una hora o dos a la semana es todo lo que hace falta
para echarle una mano a alguien, para ayudarle a alcanzar su potencial”.
- “Todos
podemos sacar tiempo para ayudar a alguien. Para darle la libertad de
encontrar su propósito. No sólo porque es lo correcto, sino porque cuanta
más gente pueda convertir sus sueños en algo grande, mejor será para
todos”.
- “Esta
es la lucha de nuestro tiempo. Las fuerzas de la libertad, de la apertura
y la comunidad global contra las fuerzas del autoritarismo, el
aislacionismo y el nacionalismo. Las fuerzas a favor del flujo de
conocimiento, el comercio y la inmigración contra aquellas que quieren
frenarlos”.
- “Que
la fuente de tu fuerza, la que bendijo a los que vinieron antes de ti, nos
ayude a encontrar el valor para que nuestras vidas se conviertan en
bendiciones”.
Creo que si de verdad M.Z. cree en ellas, entonces su producto
bandera, tendrá un sentido y un valor de alcance universal.
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